La arquitectura china se caracteriza
por distribuir el espacio en unidades rectangulares que se unen
para formar un todo. La forma rectangular también fue empleada
en los templos griegos, pero el efecto era de austeridad. El estilo
chino, por el contrario, combina rectángulos de diferentes
tamaños y en diferentes posiciones de acuerdo con la importancia
de la organización del conjunto. Se distinguen claramente
los distintos niveles y elementos. El resultado es un aspecto exterior
impresionante, pero al mismo tiempo dinámico y misterioso.
En la arquitectura tradicional china, la distribución de
las unidades espaciales se rige por los principios de equilibrio
y simetría. El eje constituye la estructura principal. Las
estructuras secundarias se sitúan a ambos lados del eje formando
el patio central y las habitaciones principales. Tanto las viviendas
como los edificios oficiales, templos y palacios se ajustan a este
principio fundamental. En la distribución del espacio interior
se reflejan los valores éticos y sociales de los chinos.
En las viviendas tradicionales, por ejemplo, las habitaciones se
asignan según la posición de cada persona en la jerarquía
familiar. La cabeza de familia ocupa el cuarto principal, los miembros
de mayor edad de la familia de éste viven en la parte de
atrás y los más jóvenes, en las alas izquierda
y derecha; los más mayores en la izquierda y los más
jóvenes en la derecha.
La arquitectura china se caracteriza también por el uso de
una estructura de vigas y pilares de madera y un muro de adobe que
rodea tres de los costados del edificio. La puerta y las ventanas
principales se sitúan en el frente. Los chinos llevan usando
la madera como uno de sus principales materiales de construcción
desde hace miles de años. La madera representa la vida y
ésta es la principal idea que la cultura china, en sus múltiples
manifestaciones, trata de comunicar. Esta característica
ha llegado hasta nuestros días.
Estas edificaciones tradicionales de forma rectangular se dividen
en habitaciones conforme a la estructura de las vigas y pilares
de madera. Para poder rematar la construcción con un amplio
tejado voladizo, los chinos inventaron un tipo especial de soporte
denominado tou-kung, que se eleva nivel por nivel desde cada uno
de los pilares. Dichos soportes tienen la función tanto constructiva
como ornamental, con una forma atractiva y muy característica.
Este estilo arquitectónico pasó posteriormente a Japón
y Coreas.
El uso de la madera dio lugar a ciertos rasgos arquitectónicos
característicos. En primer lugar, la anchura y profundidad
del espacio interior vienen determinadas por la estructura de madera.
En segundo lugar, se desarrollaron técnicas de lacado con
el fin de conservarla. Estos lacados de colores vivos y brillantes
se convirtieron en uno de los rasgos propios de la arquitectura
tradicional china. Por último, existe la técnica de
elevar la estructura sobre una plataforma a fin de evitar daños
provocados por la humedad. La altura de la plataforma depende de
la importancia del edificio. Una plataforma elevada añade
fuerza, sofisticación y elegancia a los grandes edificios.
Los murales policromados que aparecen en los edificios tradicionales,
con su amplia variedad de motivos y temas, tienen un valor a la
vez decorativo y simbólico. En ellos encontramos representados
dragones, aves fénix, mitos, paisajes, motivos florales,
pájaros,etc. Es de destacar el desarrollo que adquiere la
talla en madera en la China meridional, especialmente en Taiwan.
Estas esculturas, junto con los murales, constituyen una elegante
y agradable decoración.
Los tejados suelen ser a dos aguas en las casas tradicionales del
sur de China, incluido Taiwan, su divisoria se adorna con cerámica,
rompiendo así la continuidad de líneas de los edificios.
La típica curva de los tejados chinos, tan admirada por muchos
visitantes, simboliza el espíritu de la cultura china. Mientras
que el resto del edificio es relativamente sencillo, el tejado introduce
un elemento de sorpresa por medio de sus aleros levantados y divisoria
curvada. Este rasgo se corresponde con el paralelismo entre las
líneas de la arquitectura tradicional china y los trazos
de su caligrafía. Desde la dinastía Han (206 a. de
C.-220 d. de C.), la pintura y la decoración chinas han tendido
al empleo de formas curvas, dinámicas, sueltas. Uno de los
principios máximos del arte chino consiste en comunicar el
"ritmo vital" (ch'i yün) a la obra de arte.
En los templos chinos encontramos una amplia gama de estilos arquitectónicos.
Las religiones a las que se hallan consagrados estos templos son,
fundamentalmente, budismo, taoísmo y religiones ancestrales
y tradicionales; pero todos ellos comparten una misma estructura.
Debido a la rica tradición religiosa popular de Taiwan, encontramos
multitud de templos en la isla. Este es uno de sus rasgos culturales
más destacados. Un cálculo moderado del número
de templos podría darnos una cifra de 5.000, muchos de ellos
con valor arquitectónico. entre las muestras más famosas
y llamativas de la arquitectura religiosa tradicional tenemos los
templos de Lungshan y Tienhou en Lukang, el templo de Lungshan en
Taipei y el de Chaotien en Peikang. El templo de Lungshan de la
ciudad de Lukang destaca por su larga historia y su elevado valor
artístico.
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