Beijing ciudad y capital de China, está situada
a 110 km al noroeste del golfo de Bohai, al norte de China.
La ciudad está rodeada por la provincia de Hebei,
aunque constituye una municipalidad autónoma de 16.808
km2 de superficie, con una población de alrededor
de 11 millones, Beijing tiene 18 distritos municipales y
distritos suburbanos bajo su jurisdicción. La ciudad
se halla en la parte septentrional del Norte de China. Al
oeste, están las montañas Taihang; al norte,
las montañas Yanshan y la inmensa meseta de Mongolia
Interior; al este, el golfo Bohai; y al sureste, la gran
llanura del Norte de China. Las cuatro estaciones son muy
marcadas; en invierno el clima es frío y seco; en
verano hay un calor tropical y lluvia abundante; y el otoño
es fresco y agradable. Históricamente fue un punto
fronterizo estratégico del imperio chino a lo largo
de gran parte de su historia. Se fundó hace más
de 2.000 años y ha sido la capital de China durante
los últimos 700 años siendo una de las mayores
ciudades del mundo. Es el centro político, cultural
e intelectual de China, así como la principal metrópoli
industrial y comercial. Beijing es la segunda ciudad más
grande de China después de Shanghai.
La población del área metropolitana de Pekín
en 2001 era de 16.650.000 habitantes, de los cuales aproximadamente
siete millones viven en la ciudad. El resto habita en los
municipios de los alrededores, en pequeñas ciudades
y pueblos. La ciudad tiene un índice de natalidad
y de mortalidad bajos y, por tanto, un índice de
crecimiento vegetativo también muy bajo. El aumento
de la población se debe a la inmigración;
en la actualidad hay más de un millón de habitantes
no permanentes (trabajadores transitorios o personas que
entran en la ciudad con permisos temporales o de forma ilegal)
que no aparecen reflejados en las estadísticas oficiales.
Muchos de ellos viven en chabolas u otras construcciones
temporales, o bien en precarios dormitorios alquilados.
Trabajan en la construcción, en el servicio doméstico
y en otras actividades de servicios de bajo nivel. Debido
a su condición de temporales y a sus bajos ingresos,
a menudo se les responsabiliza del aumento del índice
de criminalidad y del malestar social existentes.
Más del 90% de la población son chinos han
y el resto son manchúes, mongoles, turcos y otras
minorías nacionales y extranjeras.
El chino mandarín (putonghua) es la lengua que se
habla en Pekín. El dialecto de Pekín se ha
convertido en un modelo para el mandarín septentrional
que, a su vez, es una forma convencional de mandarín
y el idioma oficial hablado por los habitantes de la República.
Pekín, como muchas otras ciudades chinas, tiene serios
problemas de contaminación atmosférica e hídrica.
El rápido crecimiento de la población y de
la construcción de edificios, junto a una amplia
y no regulada eliminación de las aguas residuales
procedentes tanto de las industrias como de las viviendas
particulares, y a la quema de carbón y otros materiales
contaminantes ha dado lugar a niveles muy elevados de contaminación
en el aire y en el agua.
La ciudad fue diseñada como centro de desarrollo
industrial, comercial, de transporte y científico.
Sin embargo, todos estos aspectos han entrado a veces en
conflicto entre sí y con las funciones tradicionales
de Pekín como centro político y cultural de
China. Fue especialmente problemático el desarrollo
y crecimiento industrial excesivamente rápido que
tuvo lugar a finales de la década de 1950, al amparo
de las políticas planificadoras que tenían
como objetivo hacer de Pekín una ciudad productora
con una base industrial amplia y diversificada.
La ciudad se ha convertido en el segundo centro industrial
de China, y las principales industrias se han establecido
en las ciudades satélites cercanas como Shijingsh
(acero y hierro), Tongxian (automóviles), Fengtai
(maquinaria) y Fangshan (petroquímica). A finales
de 1991, las fábricas daban empleo a más de
2,1 millones de obreros. En Pekín se producen actualmente
una gran variedad de productos de algodón y fibras
sintéticas, papel, lubricantes de alta calidad, productos
electrónicos y derivados de la industria alimentaria.
Otra actividad que ha crecido rápidamente, desde
la introducción de las reformas económicas
en 1978, ha sido la construcción; surgen por todas
partes nuevos edificios, carreteras, fábricas y otros
proyectos de infraestructura a un ritmo asombroso. En 1991
se emplearon en la ciudad de Pekín 684.000 trabajadores
en el sector de la construcción.
La agricultura continúa empleando, a grandes rasgos,
al mismo número de personas (900.000) que en la década
anterior, aunque la parte de ingresos que supone en la economía
es inferior en relación con otros sectores. La producción
agrícola y ganadera incluye cereales, una gran variedad
de hortalizas como la col, los tomates, las berenjenas,
las zanahorias y las cebollas, leche, huevos, aves de corral
y ganado porcino.
Las actividades comerciales y de servicios han crecido rápidamente
en los últimos años, y en la actualidad emplean
a más de un millón de trabajadores. Existen
muchos centros comerciales esparcidos por toda la ciudad;
los más conocidos se encuentran en la avenida Wangfujing,
que bordea la Ciudad Prohibida y la plaza de Tiananmén.
La artesanía tradicional, basada en los trabajos
de esmalte, tallas de jade, loza lacada y tejido de alfombras,
continúan realizándose y dando celebridad
a la ciudad.
Pekín es también uno de los principales núcleos
de transporte de China. Existe una enorme autopista que
conecta la ciudad con Tianjin, un importante puerto fluvial
e industrial situado a 90 km al sureste. Pekín es
el centro de la red nacional de carreteras. También
salen de Pekín un gran número de líneas
ferroviarias hacia todos los lugares del país que
comunican la ciudad con Corea del Norte, Rusia y la República
Democrática de Mongolia. En la ciudad se han construido
recientemente un gran número de carreteras de circunvalación
y autopistas, y el sistema de transporte subterráneo
continúa expandiéndose debido a los notables
esfuerzos que se están realizando por mejorar el
transporte colectivo. A pesar de las construcciones de nuevas
carreteras, el tráfico se ha ido congestionando cada
vez más debido al aumento de la compra de automóviles.
Además, la mayoría de los pequeños
desplazamientos en Pekín se hacen en bicicleta, que
obstaculizan el tráfico de las calles de la ciudad.
El aeropuerto internacional de Pekín cuenta con un
servicio interno que lo comunica con la mayor parte de las
grandes ciudades de China en las que funcionan compañías
de transporte internacionales, y posee servicios de vuelos
directos a Norteamérica y Europa, así como
al este, sureste y suroeste de Asia.
Con las reformas económicas que se llevaron a cabo
a partir de la década de 1980 se generalizaron las
empresas de capital conjunto, nacional y extranjero. La
economía interna ya no incluye sólo empresas
propiedad del Estado o colectivizadas, sino que también
agrupa a muchas empresas privadas y autónomas. A
finales de 1991, Pekín tenía 52.000 trabajadores
empleados de forma autónoma, que localmente se denominan
getihu, en actividades comerciales. Los negocios de servicios
alcanzaron la cifra de más de 23.500 sucursales en
el mismo año y emplearon a 153.000 personas.
Configuración
y paisaje urbano |
El territorio administrativo del Pekín metropolitano
comprende diez distritos urbanos y ocho grandes municipios
rurales circundantes. En el área urbana se distinguen
cuatro zonas completamente urbanizadas, rodeadas de seis
distritos suburbanos. Estos últimos están
creciendo con rapidez, a medida que las nuevas construcciones
de edificios institucionales, industriales y residenciales
cubren el paisaje y convierten el antiguo terreno agrícola
en zonas de uso urbano. Más allá, los municipios
continúan proporcionando el cereal y otros productos
alimentarios necesarios y abastecen a la ciudad con materiales
para la construcción y agua. Se ha producido recientemente
un desarrollo industrial en estos municipios rurales demuestran
las ciudades satélites mencionadas anteriormente.
La ciudad está formada actualmente por dos partes
bien diferenciadas: una parte vieja, antiguamente amurallada,
y un sector nuevo, en el exterior, de carácter institucional,
industrial y residencial, construido sobre todo después
de 1949. Como todas las ciudades chinas tradicionales importantes,
Pekín está rodeada por una enorme muralla
y fue diseñada con una forma geométrica rectangular,
en función de un eje norte-sur que se extiende desde
las puertas principales hasta la Ciudad Prohibida y las
torres del Tambor y Campana. La Ciudad Prohibida, que consta
de un palacio amurallado y en cuyo interior vivían
los emperadores de China, la familia imperial y sus servidores,
se denominó así debido a que los ciudadanos
corrientes no podían acceder a su interior. Es el
lugar más respetado de la China imperial. En la actualidad,
contiene el Palacio-Museo y los palacios de los antiguos
emperadores Ming y Qing.
La ciudad antigua se componía de dos secciones: en
un primer lugar, una ciudad interna de forma cuadrada construida
entre 1409 y 1420, rodeada por un alto muro de 15 m y con
cuatro puertas. Esta ciudad interior coincide en muchos
aspectos con la sede de la antigua dinastía como
Yuan con capital en Da Du. En la ciudad interior se hallaba
la Ciudad Imperial, en la que estaban las dependencias del
gobierno, templos, jardines, palacios, parques, así
como la sagrada Ciudad Prohibida. Fuera de la Ciudad Imperial
había plazas que albergaban los mercados, otros templos
y zonas residenciales. El muro tenía aproximadamente
25 kilómetros de largo.
La segunda sección corresponde a la ciudad meridional
exterior, construida al final de la dinastía Ming
(1521-1566). Tenía forma rectangular y la rodeaba
una muralla de 23,5 km de largo, de los cuales 6,7 km formaban
parte de la muralla sur de la ciudad interior. Dentro de
ella se encontraban templos y espacios residenciales para
el pueblo. El trazado geométrico tenía una
importancia simbólica, ya que el principal eje norte-sur
representaba la autoridad imperial y atravesaba muchas dependencias
clave del gobierno, diferentes edificaciones, residencias
imperiales y las principales puertas. Esta tradición
se continúa hoy, ya que la plaza de Tiananmén
y la tumba de Mao están alineadas con este eje. Tras
la revolución de 1949, las murallas de la antigua
ciudad se derribaron y fueron sustituidas por bulevares
amplios, pero se conservaron muchas de las antiguas puertas.
A pesar del reciente aumento en el número de construcciones,
Pekín continúa siendo una ciudad llena de
monumentos, palacios, templos y otros vestigios de la pasada
gloria de la China imperial. Es una ciudad magnífica
y en la actualidad continúa representando la culminación
de los logros del trazado urbanístico y la construcción
urbana de la China tradicional y de la contemporánea.
Pekín tiene muchos edificios de interés
histórico y arquitectónico. El Palacio-Museo,
o Gu Gong, situado en el interior de la Ciudad Prohibida,
era la antigua residencia y lugar de reunión de la
familia imperial y de la corte. Construido hace más
de 500 años, el complejo comprende una serie de amplias
salas y palacios que servían para los ceremoniales
oficiales de estado, así como residencia. Al oeste
se encuentra Zhongnan Hai, un enorme parque amurallado con
varios lagos que sirve hoy como complejo residencial para
los máximos líderes políticos chinos.
Justo al sur de la Ciudad Prohibida y del Palacio-Museo
está la plaza de Tiananmén, que es el núcleo
central de la ciudad. Es una inmensa plaza que puede albergar
un millón de personas y que se desarrolló
tras el éxito de la revolución comunista en
1949. En ella se conmemoran grandes festividades anuales
como la celebración del día nacional, el 1
de octubre. En la zona oeste de la plaza se encuentra la
Gran Sala del Pueblo, donde se reúne la Asamblea
Nacional China. En la zona oeste está el Museo de
Historia y de la Revolución China. En el centro está
el monumento a los héroes del pueblo y la tumba del
presidente Mao Zedong. La plaza se hizo famosa en 1989 cuando,
el 6 de junio, tuvieron lugar los sucesos de Tiananmén,
en los que el ejército reprimió las protestas
de los estudiantes en una masacre sangrienta.
De los numerosos templos que pueden encontrarse en la ciudad
antigua quizá el más conocido y hermoso sea
el templo del Cielo (Tian Tan), situado en la parte meridional
de la ciudad externa. Aquí se encuentran dos magníficas
construcciones ceremoniales de forma redonda con tejados
de tejas barnizadas, que antiguamente eran capillas en las
que los emperadores chinos veneraban a sus dioses. Se consideran
uno de los mayores logros arquitectónicos de la China
tradicional. Estos templos y las tierras que los rodean
se abrieron al público tras la revolución.
Otros templos notables son los de Lama y de Confucio, así
como el templo de la Dagoba Blanca construido para conmemorar
la visita del Dalai Lama del Tíbet en 1651. Los acontecimientos
deportivos más importantes tienen lugar en el estadio
Beijing, en el estadio de los Obreros y en el Campo de Deportes.
Otros edificios y parques importantes son el Palacio de
Verano, en los suburbios del noroeste, y los templos de
los alrededores y los parques conocidos como colinas perfumadas,
creados hace muchos años como áreas de caza
o de retiro religioso. En los suburbios del noroeste están
la tumbas de la mayor parte de los emperadores de la dinastía
Ming (1368-1644). Estas tumbas se unen por la larga avenida
de los Animales, bordeada de leones, elefantes, camellos
y caballos de mármol. Situada al noroeste de las
tumbas Ming, dentro de los límites municipales, se
puede ver una parte de la gran muralla en Badaling; a la
que se puede acceder desde el centro de Pekín tras
un día de viaje.