Breve
historia de la medicina oriental |
Los orígenes de la medicina
oriental se remontan a los albores de la humanidad y derivan de
su instinto de preservación.
Probablemente, uno de los primeros impulsos del ser humano al sentir
dolor o malestar en alguna zona de su cuerpo, fue colocar sus manos
sobre la parte enferma para sentir alivio. Esto dio lugar a las
primeras técnicas de masaje, a partir de las cuales se descubrieron
muchos puntos vitales de curación.
También en todas partes del mundo, y especialmente en Oriente,
se han probado todo tipo de remedios medicamentosos a base de plantas,
minerales e incluso animales, al igual que todo tipo de dietas,
con fines terapéuticos.
Antiguos maestros crearon y practicaron una serie de movimientos
que, combinados con la respiración y concentración
adecuadas permiten incrementar y dirigir el flujo energético
del cuerpo, ejercicios también utilizados en la terapéutica
oriental.
En cuanto a la acupuntura, se han hallado restos de agujas de piedra,
utilizadas en la Edad del mismo nombre, pasando luego a fabricarse
de bambú y metal, hasta llegar a las más actuales,
de acero inoxidable.
La mayoría de estas técnicas se desarrollaron en China
hace miles de años. De hecho, aún se conservan textos
muy antiguos originarios de este país, como el Shen Nong
Ben Cao Zing (El Libro de las hierbas de Shen Nong) con más
de 2.000 años de antigüedad. Aunque el clásico
por excelencia de la medicina tradicional china es el Nei King,
compendio de los principios médicos chinos desarrollado bajo
las órdenes de Huangti, el Emperador Amarillo. Está
escrito en forma de diálogo entre el citado emperador y sus
seis ministros, que eran médicos. Hoy en día se conservan
dos partes de este texto: el Su Wen y el Ling Shu.
Desde entonces la medicina china ha tenido sus momentos de apogeo,
alternando con otros de decadencia, siguiendo las crestas y valles
del pueblo chino, a lo largo de sus diferentes dinastías.
Entre los siglos V y VI estos conocimientos son transferidos por
migraciones, hacia otros países asiáticos como Corea
y Japón, los cuales las adaptan, creando algunas técnicas
propias.
En Europa, aunque ya existían referencias anteriores, son
los jesuitas franceses enviados a China por Luis XIV, los que introducen
la acupuntura, término creado por ellos mismos a partir de
acus (aguja) y punture (pinchazo).
Desde finales del siglo XVIII y hasta bien entrado el XX, la medicina
oriental se enfrenta con la llegada de la ciencia occidental. Aceptada
por las clases altas, comienza a exigirse titulación como
médico de occidente para poder curar. La medicina tradicional
llegó incluso a prohibirse, quedando relegada al pueblo,
donde siempre sobrevivió.
Después de la revolución china de 1949, la medicina
tradicional empieza a despertar el interés científico,
realizándose diversos estudios con el objetivo de comprender
su funcionamiento y unir sus técnicas a las de la medicina
convencional en su esfuerzo por devolver la salud.
Actualmente, el uso e investigación cada vez más creciente
de las llamadas medicinas alternativas, ha motivado la expansión
de la medicina tradicional oriental en el mundo, con sus inmensas
posibilidades, dentro de un marco holístico de tratamiento.
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